Identificar y tratar los síntomas
La dermatitis atópica es una enfermedad endémica, extremadamente común pero no contagiosa, que afecta hasta el 10-20% de los niños de todo el mundo y al 2-5% de los adultos. Se trata de un trastorno crónico, lo que significa que los síntomas pueden ser prolongados en el tiempo, aunque los bebés y los niños pueden liberarse de los síntomas al ir creciendo. Lo habitual es que los afectados sufran dos fases de la enfermedad: una fase no activa ("interbrote") y una fase más aguda activa ("brote"). En ambas fases un buen cuidado de la piel puede ser de utilidad para aliviar los síntomas.