La piel puede volverse sensible por muchas razones, y en cualquier momento de la vida, desde la infancia hasta la vejez. Aparece cuando se deteriora la función de barrera protectora de la piel, dando lugar a que la piel se vuelva susceptible a los irritantes externos, como bacterias, sustancias químicas, alérgenos u otros. Los síntomas pueden aparecer en la cara, el cuerpo y el cuero cabelludo, e incluyen enrojecimiento, descamación e hinchazón. Pueden causar comezón y perturbar la vida cotidiana, y pueden dar lugar a una intensa incomodidad física. Mientras que algunas personas tienen predisposición a "brotes" de esta condición, otras se sorprenden por estos repentinos "estados de ánimo de la piel". La piel sensible suele reaccionar de forma impredecible y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
El conocimiento de la importancia de las defensas naturales de la piel y los factores que las debilitan puede ayudar a descifrar este "lenguaje de la piel". La imprevisibilidad de la piel sensible significa que en muchos casos, las soluciones eficaces giran en torno a la prevención, más que a la cura. En consecuencia, el objetivo es controlar y minimizar sus causas y estímulos.
Signos Y Síntomas
¿Qué es la piel sensible y cómo reconocerla?


La piel posee una barrera protectora natural que impide que las bacterias y las sustancias nocivas penetren en el cuerpo, al mismo tiempo que limita la pérdida de agua y previene la deshidratación. Este proceso mantiene la piel sana e hidratada, preservando su elasticidad y firmeza.
Sin embargo, factores externos como el clima y factores internos como el estrés pueden afectar este proceso, debilitando las defensas naturales de la piel y haciendo que se sienta áspera y seca. Entonces, los estímulos externos pueden agravar la situación, haciendo que la piel se inflame.
Para reconocer la piel sensible, busque lo siguiente:
- Signos visibles como eritema (enrojecimiento o erupción), descamación, hinchazón o aspereza
- Signos sensoriales como comezón, tirantez, ardor o picazón
Puede aparecer en la cara, los labios, las manos, el cuerpo y el cuero cabelludo. También puede estar desencadenado por un cambio físico, bien sea transitorio como el embarazo o progresivo como el envejecimiento. Aunque comparte algunas similitudes con la piel seca, no siempre está relacionada con este proceso ni sus síntomas se aliviarán necesariamente aplicando las soluciones para el cuidado de la piel seca.
Si no está seguro acerca de qué condición presenta su piel, solicite asesoramiento a su farmacéutico. Para establecer un diagnóstico formal debe consultar a su médico o dermatólogo.
Causas Y Desencadenantes
Causas de la piel sensible - cómo llegan a debilitarse las defensas naturales de la piel
Cómo la piel se protege a sí misma
La capa más superior de la epidermis es la capa córnea (estrato córneo), que forma la barrera cutánea frente al mundo exterior. Impide la invasión por microorganismos y sustancias como productos químicos y alergenos. También minimiza la pérdida transepidérmica de agua (PTEA), protegiendo al cuerpo de la deshidratación.

La capa córnea se asemeja a un muro, construido de "ladrillos" o células cutáneas que proporcionan estabilidad, y "mortero" o lípidos epidérmicos, que generan permeabilidad y al mismo tiempo una cohesión sólida. Sobre su superficie se extiende un manto ácido protector, la película hidrolipídica. Esta emulsión de agua (hidro) y grasa (lipo) tiene un pH ligeramente ácido, de 5, que:
- mantiene la flora de la piel sana y el proceso de descamación de la piel, que es una parte esencial de la renovación cutánea
- y neutraliza sustancias alcalinas como jabones y tensoactivos convencionales.
Las enzimas de la piel activan sus propias defensas naturales. Son responsables del mantenimiento de las funciones vitales de barrera, regulando el balance de humedad y estimulando la renovación de la piel. Si la actividad enzimática se reduce o se inhibe, las defensas de la piel se debilitan, dando lugar no sólo a un aumento de la pérdida de agua transepidérmica, sino también a la penetración de agentes irritantes.
Los irritantes como los jabones pueden empeorar aún más el estado de la piel a través de su efecto alcalinizante, haciendo que la piel sea susceptible no sólo a la inflamación, sino también a infecciones causadas por bacterias, virus y hongos.
Causas internas de la piel sensible


- La piel del bebé es más delgada y su función de barrera más limitada que la del adulto. La consecuencia es que la piel del bebé es mucho más sensible a influencias químicas, físicas y microbianas. Lea más acerca de la piel en edades diferentes.
- A la inversa, a medida que la piel envejece, empiezan a escasear las sustancias que forman parte integral de la estructura y el funcionamiento de la película hidrolipídica y el manto ácido protector, dando lugar a un desequilibrio del pH y a un aumento de la pérdida de agua. Esto puede propiciar que la piel envejecida sea más sensible a productos muy alcalinos como el jabón.
- Desequilibrio hormonal inducido por estrés o a través de acontecimientos vitales específicos, como embarazo, ciclo menstrual, purbertad o menoapusia. Este factor puede reducir la eficacia de la función de la barrera cutánea.
- Algunas personas conllevan más probabilidad de experimentar una piel sensible irritada. Aquí cabe incluir a personas con piel seca o dañada, dermatitis atópica, acné y rosácea, todas las cuales pueden responder a irritantes como perfumes y colorantes.
- Intolerancias no diagnosticadas o tratadas y alergias a alimentos como el gluten, los lácteos, los aditivos y los huevos, pueden resultar en inflamación y erupciones cutáneas.
- La deshidratación, causada por un exceso de sudoración o una carencia de agua, puede también resecar la piel y ponerla en situación de estrés.
Causas externas de la piel sensible


- Los cambios estacionales y climáticos y las fluctuaciones térmicas pueden incrementar la sensibilidad de la piel. En el clima frío las glándulas de la piel reducen la secreción de las sustancias necesarias para el mantenimiento del manto ácido protector, causando que la piel se seque. La calefacción central y el aire acondicionado también pueden producir este efecto. Cuando hace calor las glándulas de la piel producen más sudor, que se evapora, dejando sensación de piel seca.
- Un aumento en el uso de jabones y detergentes con tensoactivos convencionales puede causar un daño significativo en la superficie de la piel, eliminando los lípidos protectores de la piel y causando un desequilibrio en los niveles del pH natural de la piel.
- Algunos tratamientos médicos, como la radioterapia y ciertos medicamentos pueden sensibilizar la piel de modo temporal, efecto que desaparece una vez que se termina el tratamiento.
Factores Contribuyentes
Modo en que acciones y acontecimientos pueden empeorar el proceso

El incremento de la atención a la higiene personal ha conllevado la mayor probabilidad de que algunas personas se duchen o bañen frecuentemente con agua muy caliente y se froten hasta secarse. La consecuencia puede ser una pérdida de los factores hidratantes naturales y los lípidos de la superficie. Aunque los limpiadores con surfactantes convencionales limpiarán la piel, también la resecarán.
Soluciones
¿Qué se puede hacer con respecto a la piel sensible?
Cambiando los hábitos diarios
Pequeños cambios en los hábitos del baño pueden ayudar a restablecer la barrera protectora de la piel. Se tratará de reducir la temperatura del agua, no pasar demasiado tiempo bajo la regadera o en el baño (especialmente en un área provista de agua dura), utilizar agentes tensoactivos suaves o aceites para la regadera y secarse la piel con toques suaves.
La investigación reciente sobre nutrición ha revelado que un aumento de la ingestión de alimentos ricos en antioxidantes y vitamina C y pobres en hidratos de carbono y grasas saturadas, puede ayudar a que la piel agredida se recupere y recobre un estado más sano. También puede ser conveniente verificar las alergias o intolerancias alimentarias. Si piensa que éste podría ser el caso, visite a un dietista o a su médico. También es importante beber agua suficiente, especialmente por parte de personas de edad avanzada.
El manejo del estrés también puede desempeñar su papel en la reducción de la sensibilidad de la piel. Los métodos confirmados incluyen el ejercicio regular y la práctica de técnicas de relajación.
Puede ser tentador el solamente responder a la piel sensible cuando se presentan los brotes. Sin embargo, si pone en práctica una rutina hidratante regular y la mantiene, estos incidentes pueden reducirse e incluso desaparecer. Esta rutina puede diferir para la piel sensible de la cara y la piel sensible del cuerpo.


- Elegir un limpiador diario
Algunos limpiadores son tan eficaces que no sólo limpian la suciedad sobre la piel sino también la película hidrolipídica que la protege. En caso de piel sensible y seca es importante elegir un limpiador corporal que fortalezca la función de la barrera y la proteja frente a la pérdida de humedad. Eucerin pH5 Oleogel de Ducha deja una película protectora sobre la piel para prevenir que ésta se reseque. La piel sensible facial necesita un limpiador suave que no irrite la piel, tal como la gama Eucerin DermatoCLEAN. - Eligiendo un producto para el cuidado diario
Cuando se elige un producto para el cuidado cutáneo de la piel sensible no basta con asegurarse de que esté exento de irritantes. El producto tiene que actuar activamente por debajo de la superficie cutánea, estimulando los procesos regenerativos y las defensas naturales propios de la piel.
Para cumplir con este cometido, el producto tendrá que incluir componentes activos, como dexpantenol y glicerina, ambos productos naturales y que actúan en la piel para mejorar los niveles de hidratación.
Será también ideal restablecer el equilibrio del pH natural de la piel por medio de la inclusión de un componente como el tampón citrato pH5.
En pruebas científicas se ha demostrado que estos tres componentes activan y protegen las enzimas cutáneas, contribuyendo a restablecer su función de barrera natural, dando lugar a una mejora de la hidratación y fortaleciendo la resistencia frente a los irritantes. Se presentan combinados en la gama Eucerin Piel Sensible, que incluye lociones, cremas, aceites y champús para la piel de la cara, las manos y el cuerpo, así como el cuero cabelludo.

- Cuide las manos, la cara y los labios
Las manos y la cara son a menudo las zonas más expuestas a los elementos y a los lavados frecuentes. Esto puede propiciar que sean especialmente vulnerables a la sequedad e incluso al agrietamiento. Los productos para el cuidado pueden utilizarse tan frecuentemente como sea necesario para proteger y suavizar la piel agredida. La gama Eucerin Piel Sensible ofrece opciones de limpieza extremadamente suaves, que mantienen la función de la barrera natural de la piel.
Desde el embarazo hasta el bebé recién nacido
Los cambios hormonales en el embarazo pueden hacer que la piel se vuelva de repente sensible. Los aceites naturales suaves pueden contribuir a reducir la picazón y la aparición de estrías. Los productos para el cuidado que contienen vitamina E y aceites vegetales de alta calidad, ricos en ácido linoleico, fortalecen la función de la barrera natural de la piel e incrementan su elasticidad.
Después del nacimiento del bebé, usted puede descubrir que su piel también se irrita fácilmente e incluso se inflama. Limpiadores extremadamente suaves, desprovistos de sustancias alcalinas, como Eucerin pH5 Oleogel de Ducha, evitarán que la piel del bebé se reseque. Lea más acerca de la piel en edades diferentes.
Consejos sobre la piel: Alivie la piel tirante e irritada
En algunos casos, la piel sensible puede llegar a estar incómoda e incluso dolorida, percibiéndose seca, tirante y pruriginosa. En este caso un baño de aceite puede proporcionar alivio inmediato y empezar a trabajar para rehidratar intensamente la piel agredida, aportando una sensación de suavidad y calma.